Miró en el charco y vio su reflejo, allá abajo. Se agachó y con un dedo rozó apenas el agua, que se agitó como una piel acariciada. Estuvo mirando mucho tiempo. Pero su imagen ya no regresó.
J. M. B.
Dios creó al hombre para vengarse de sí mismo por su soberbia.
C. R.