Estos ensayos sobre Grandes Hombres de nuestro tiempo, los he escrito a intervalos durante los ocho años últimos. Aunque son independientes entre sí, arrojan, desde distintos ángulos, cierta luz sobre el curso principal de los acontecimientos que nos ha tocado vivir. Espero que servirá para ilustrar algunos de sus aspectos menos conocidos. Tomados en conjunto deben presentar no sólo a los actores sino la escena. En serie, acaso puedan ser como peldaños de narración histórica.

He preferido no incluir en ellos ninguna de las figuras políticas o militares que aún están entre nosotros. Esto no implica carencia de material ni falta de aprecio. Pero es innegable que hay mayor libertad para tratar del pasado. El tema central lo constituye, desde luego, el grupo de estadistas británicos que brillaron al final de la última centuria y al principio de ésta: Balfour, Chamberlain, Rosebery, Morley, Asquith y Curzon. Todos vivieron, batallaron y trabajaron juntos por espacio de muchos años, se conocieron bien y se estimaron profundamente. Me tocó en suerte, siendo mucho más joven que ellos, ser admitido en su sociedad y a su afecto. Al releer estos capítulos se me han aparecido de nuevo y me han hecho sentir cuánto ha cambiado nuestra vida política. Quizá sólo sea la ilusión que a todos nos invade al envejecer. Las generaciones, una tras otra, seguirán cantando: «Cuán admirables eran aquellos viejos gigantes». Y realmente todos debemos desear que el dicho resulte cierto. Mientras tanto, aquéllos para quienes estas ilustres figuras no sean más que nombres —es decir, la inmensa mayoría de mis lectores— tal vez se alegren de trabar con ellas algún conocimiento mediante la lectura de estas notas mías.

Aunque he hecho grandes adiciones, en la generalidad de los casos dejé el texto en su forma primitiva; dado el rápido fluir de estos tiempos, ha sido preciso dar algún retoque aquí y allí para poner la Historia al día. He suavizado también unos cuantos juicios y expresiones antes de entregarlos al archivo permanente de la publicidad. En particular, he vuelto a escribirla historia de las dimisiones, a partir de la del Gobierno Balfour en 1903, y de este modo se ofrece al público lo que creo que por primera vez es su información exacta. Le soy acreedor a un amigo de los detalles referentes a la dimisión de Mr. Bonar Law y a la designación de Mr. Baldwin para sucederle, hecha por el rey Jorge.

Después de escritos los anteriores párrafos para la edición de 1937, solicitóse una reimpresión del libro y aproveché la ocasión para añadirle tres nuevas Biografías. Son las que corresponden a Lord Fisher, Charles Stewart Parnell y Lord Baden Powell.

WINSTON SPENCER CHURCHILL