Epílogo
El mundo puede ser un lugar maravilloso, lleno de prodigios y misterios capaces de abrumar a cualquier persona, pero debemos tener muy presente que la belleza y la maravilla pueden desaparecer por la arrogancia de nuestra especie. Mi familia y yo los hacemos responsables de otro ser sapiente, hermanos y hermanas que se encuentran indefensos ante nuestro modo de desafiar el mundo. Nos necesitan, y nosotros, sin duda alguna, los necesitamos a ellos.
Capitana ALEXANDRIA HEIRTHALL, humanista.