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Espera no poder pegar ojo en toda la noche, pero se duerme poco después de medianoche y sueña. Sueña con un árbol, el árbol, y cuando despierta piensa: No me extraña que me costara tanto entenderlo. No me extraña. Durante todo este tiempo he estado pensando en el árbol equivocado.

Yace junto a Bill, mirando al techo y pensando en el sueño. En él oye el chillido de las gaviotas sobre el lago, gaviotas chillando y chillando, y la voz de Bill: No les pasará nada si siguen sanos, decía. Si siguen sanos y recuerdan el árbol.

Sabe lo que tiene que hacer.