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En octubre, Bill la lleva de nuevo al merendero de Shoreland. Esta vez van en coche; es un precioso día de otoño, pero hace demasiado frío para ir en moto. Una vez allí, con la comida extendida ante ellos y el bosque anaranjado ardiendo a su alrededor, Bill le pregunta lo que Rosie sabe hace algún tiempo que desea preguntarle.

—Sí —asiente—, en cuanto dicten sentencia.

Bill la abraza y la besa, y en cuanto Rosie le rodea el cuello con los brazos y cierra los ojos, oye la voz de Rose Madder en lo más profundo de su mente: Todas las cuentas cuadran ahora…, y si recuerdas el árbol, nunca importará.

Pero ¿qué árbol?

¿El Árbol de la Vida?

¿El Árbol de la Muerte?

¿El Árbol de la Sabiduría?

¿El Árbol del Bien y el Mal?

Rosie se estremece y abraza a su futuro marido con más fuerza, y cuando Bill cierra la mano sobre su pecho izquierdo, se extraña al percibir qué su corazón late con tal violencia.

¿Qué árbol?