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Sapientia, quae sola libertas est

(La sabiduría es la única libertad)

—Hablemos de Roma y sus peligros porque incluso lo más perfecto está lleno de peligros. Por ejemplo, el vino. Forma parte de nuestra cultura, de nuestros primeros escritos. Dime, qué quieres del vino y qué no quieres del vino.

—Me gusta su sabor, la conversación que surge de él…

In vino veritas

—¿Y qué no te gusta?

—El desenfreno, las orgías, el vino en espectáculos lamentables, el vino extasiático de las sectas.

—¿Y las aguas, sus baños?

—Me gusta la arquitectura de sus baños, la actividad social que de ellos emana, me gusta que por poco dinero la gente pueda estar horas charlando y bañándose, que sea una gran actividad social.

—¿Y hay algo que no te guste?

—Que muchas termas son centros de fornicación y que el gong que anuncia su apertura deje resonando la voz de los filósofos en la escuela, vacía, y los libros ignorados.

—Los banquetes.

—Me gusta que sean todo un ritual social. Me gustan los sabores agridulces como las setas con miel, los dátiles y el pescado con membrillo.

—Recuerda, comer bien, digerir bien, cualquier alimento envenenado o en exceso puede conducirte a la muerte. El vino, todos los placeres, todo, en extremo, te aniquila.