Nemo in sese tentan descendere
(Nadie intenta bajar al fondo de sí mismo)
—Hay un principio fundamental en la arquitectura: un exigente sentido del cálculo y de la economía.
»Por muchos recursos que haya, por grandes fortunas que tengamos, por más que nuestros medios y posibilidades sean inmensos: siempre debes conciliar la pasión por las grandes empresas con la economía. Escoge siempre procedimientos de fácil ejecución, simplifica al máximo, utiliza el mínimo de mano de obra. Tienes que saber unir la majestuosidad y la duración que sea acorde al imperio con el ahorro y los procedimientos sencillos. La práctica, Lucio, la práctica: ¿cómo hacer lo mismo de una forma más sencilla y económica? Contestando esta pregunta hallarás la clave de tu oficio.
»Olvídate de los maestros, Plinio se dedicaba a especulaciones filosóficas; Frontino considera la construcción más desde la perspectiva de un administrador que la de un arquitecto.
»Céntrate siempre en el procedimiento. Cómo ser más efectivo, cómo gastar menos energía y medios, cómo conseguirlo con menos. Conviértete siempre en tu propio maestro.
—¿Y en la vida?
—Lo mismo, el objetivo y el procedimiento. Llegar y conseguir con los mínimos pasos. Si puedes hacerlo con 2 no lo hagas con 4. Siempre busca el más por menos. No todos se atreven a llegar al fondo de sí mismos, pero los que solo bucean dentro de sí, demasiado frecuentemente no salen del agua turbia del propio yo. Más que preguntarte quién eres, procura contestar a «¿qué es lo que soy capaz de hacer?».