Los últimos pensamientos de Chick

Bueno, tal y como te dije cuando te sentaste, no espero que des crédito a mis palabras. Nunca había contado esta historia, pero había esperado poder hacerlo. Esperaba esta oportunidad. Me alegro de que haya llegado, ahora que ya pasó todo.

He olvidado muchas cosas en mi vida y, sin embargo, recuerdo cada momento de aquel rato con mi madre, la gente a la que vimos, las cosas de las que hablamos. En muchos sentidos fue muy normal, pero, tal como ella dijo, puedes descubrir algo realmente importante en un minuto normal. Quizá pienses que estoy loco, que me lo imaginé todo. Pero en lo más profundo de mi ser, yo lo creo: mi madre, en algún punto entre este mundo y el otro, me dio un día más, el día que yo tanto había deseado, y me contó todo lo que yo te he contado.

Y si mi madre lo dijo, yo me lo creo.

«¿Qué es lo que provoca el eco?», me preguntó un día, para ponerme a prueba.

La persistencia de un sonido después de que haya cesado su fuente.

«¿Cuándo podemos oír el eco?».

Cuando hay silencio y se absorben los demás sonidos.

Cuando hay silencio, todavía puedo oír el eco de mi madre.

Ahora me siento avergonzado por haber intentado quitarme la vida. Es algo muy valioso. No tenía a nadie con quien hablar abiertamente de mi desesperación, y eso fue un error. Necesitas mantener a la gente cerca de ti. Necesitas darles acceso a tu corazón.

Por lo que se refiere a los dos años que han transcurrido desde entonces, hay muchos detalles: la estancia en el hospital, el tratamiento que recibí, dónde he estado. De momento, digamos solamente que tuve suerte en muchos aspectos. Estoy vivo. No maté a nadie. Desde entonces me he mantenido sobrio todos los días…, aunque unos me cuesta más que otros.

He pensado mucho en esa noche. Creo que mi madre me salvó la vida. También creo que los padres, si te quieren, te sostendrán para mantenerte a salvo, por encima de las aguas arremolinadas, y algunas veces eso significa que nunca sabrás lo que ellos soportaron, y tal vez los trates mal, de un modo en que no los hubieras tratado de haberlo sabido.

Pero detrás de todas las cosas hay una historia. Cómo llegó un cuadro a una pared. Cómo te hiciste una cicatriz en la cara. A veces son historias sencillas y a veces son duras y desgarradoras. Pero detrás de todas tus historias siempre está la historia de tu madre, porque la tuya empieza en la suya.

Así pues, ésta era la historia de mi madre.

Y la mía.

Me gustaría arreglar las cosas con las personas a las que amo.