A JUANÍN Y BEDOYA[36]

[A los cincuenta años de la muerte de Juan Fernández Ayala, Juanín

(Potes, 1917–Vega de Liébana, 1957)]

Del cincuenta y siete, abril,

miércoles y veinticuatro,

«¡Alto a la guardia civil!»,

se oyó de noche en La Vega,

llegando en Liébana el fin

de la Brigada Machado,

y en la curva del molino

quedó Juanín recostado.

Sirva este humilde cantar

como homenaje y recuerdo

a todos los emboscados

que hasta el final resistieron

soñando un mundo mejor

a los fuegos del infierno,

siendo en la Quinta Brigada

del Norte los guerrilleros.

Vientos penosos soplaban,

Mejores los venden hoy,

Y aunque el mundo se desangra

Bolas a contar no voy;

Platico con el planeta

Y en esta conversación

Hambre, suplicio y dolor

Es casi lo que me cuenta.

Súbditos de monarquía,

regalo del dictador,

olvido, amnesia y porfía:

costumbres de ganador.

Nos es preciso vivir

en el maquis cotidiano

solo por la dignidad

que merece el ser humano.

Por todos los que se fueron

creyendo en la Humanidad,

¡salud de un republicano!

Y no se te olvide, hermano,

que todo tiene su fin

y aunque parezca baldío,

con la esperanza en la mano,

¡vivan Bedoya y Juanín!

Y todo tiene su fin,

y aún pareciendo baldío,

con la esperanza en la mano,

¡vivan Bedoya y Juanín!