FRAGMENTO DEL PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN DE LA CONFESIÓN DE ÁLVARO DE MENDOZA

«… aunque aparezca alguno que otro personaje históricamente atestiguado. En fin, espero haber demostrado en este prólogo inequívocamente, que se trata de una obra de ficción, escrita por una diestra y perversa mano, quizá la de un poeta aventurero, o —¿por qué no?—, de alguno de los judíos conversos que constituían, a principios del siglo XVII, buena parte de la población en San Cristóbal de La Habana.

»A sólo dos años de mi hallazgo del texto en los archivos de los dominicos guatemaltecos, no he querido darlo a luz sin antes advertir que esta primera edición, no va destinada al mundo erudito, sino a un público muy amplio, que sin duda leerá con avidez el espeluznante relato. Por tal motivo, decidí desembarazarlo de la dificultosa ortografía del original, que sustituí por la moderna, tal como han hecho los editores de las versiones cervantinas más en boga. No obstante, he mantenido en su forma prístina la sintaxis y, salvo muy pocas alteraciones, el léxico del siglo XVII.

»Juan Ángel Polo y Herrera

»Madrid, octubre de 1941»