(Escrita en los días en que trabajaba en su autorretrato)
Ebrio paso las noches en el matorral agitado
El otoño roe las ramas gimiendo
Rezonga el posadero y corre a la cantina
Para llenar de nuevo mi botella vacía.
Mañana la pálida muerte hundirá
Su guadaña afilada en mis carnes rojas,
Hace mucho que anda agazapada:
La infame y falsa perra traidora.
Yo me burlo de ella cantando durante la noche.
En el bosque, cansado, balbuceo mi ebria canción
Para mofarme de su amenaza
Busco el olvido, en el canto y en la bebida.
Mucho viví y padecí, mi sendero ha sido largo;
Ahora de noche, bebo y espero angustiado,
Que la hoz reluciente
Separe mi cabeza de mi corazón palpitante.