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The Daily Telegraph
Sábado, 10 de noviembre, 1888
Otro espantoso asesinato tuvo lugar ayer por la mañana en el East-end. A las once menos cuarto, el cuerpo de una mujer llamada Mary Jane Kelly fue hallado muerto en una habitación situada en el bajo del número 26 de Dorset Street, con acceso por Miller’s Court. Tenía el cuello cortado de oreja a oreja, y el cuerpo había sido horrorosamente mutilado. El carácter de las heridas lleva a la policía a creer que el autor debe de ser el mismo hombre que recientemente ha cometido crímenes de similares características en el mismo barrio. Aunque la autopsia ya ha sido realizada, aún no se han hecho públicos los resultados oficiales. Por ahora solo hay conjeturas acerca de la hora en la que se produjo el asesinato, ya que la última vez que se tuvo constancia de que la mujer seguía con vida fue a la una de la madrugada, cuando se le escuchó cantando. No hay pista alguna que conduzca hacia el asesino.
East London Observer
Sábado, 10 de noviembre, 1888
LOS HORRORES DE WHITECHAPEL
Una Nueva y Terrible Tragedia. Decapitada y Espantosamente Mutilada. Los Sabuesos a la Caza.
Últimos Detalles.
… es evidente que es obra del asesino de Tabram, Smith, Chapman, Eddowes y Stride. Más allá de la extraordinaria coincidencia en la fecha (el 8 de septiembre murió asesinada la víctima de Hanbury-Street, y sobre la misma fecha del mes anterior Tabram fue descuartizada) todo apunta hacia un mismo artífice, desde las similitudes y lo espantoso de las heridas, hasta el tipo de mujeres. Otra curiosa coincidencia es que a pesar de que la ventana de enfrente casi se puede tocar desde la habitación donde se encontró a la víctima, ni los ocupantes de esa habitación ni ninguno de los vecinos de las casas contiguas escucharon nada fuera de lo normal.
New York Times
10 de noviembre, 1888
EL CASO PARNELL Y OTRA MATANZA, ENVIADO POR NUESTRO CORRESPONSAL A TRAVÉS DE TELÉGRAFO COMERCIAL
El hallazgo de la séptima víctima de asesinato en Whitechapel, esta vez presuntamente cometido a plena luz del día y con las peores mutilaciones imaginables, eclipsa esta noche cualquier otra preocupación en la mente de los londinenses. Aunque los sabuesos andan ahora sobre el terreno, no puedo confirmar que hayan descubierto algo. La conclusión unánime apunta a que el asesino es un lunático que, salvo que sea detenido, tiende a cometer una serie de crímenes en el plazo de varios días hasta que remite su furor.