Un vago de mierda Juan Cruz. Vago y malcriado. Por la madre y por Mica por igual. Encima intocable. Ni el Coronel puede con Juan Cruz. Porque si le levanta la mano se le subleva el hembraje. Y si hay algo que no puede permitirse el Coronel, es quedarse sin los besos de la nena y la concha de la madre. Intocable entonces, Juan Cruz.
Quien diga que el hombre no depende de su circunstancia, no conoce a Juan Cruz. Tipo inservible si los hay, tendría que morirse de hambre. De hambre, o roto a palos en un callejón. Pero las circunstancias existen y la vida de Juan Cruz transcurre sobre un colchón de flores.
Para colmo, se las ingenia para levantar buena guita sin laburar. Mucha guita. Siempre tuvo buena nariz para la plata. Y creciendo bajo el cobijo de la impunidad, hizo lo que quiso para llenarse los bolsillos.
Juan Cruz tiene todas las minitas que quiere. Facha, auto, guita, apellido. No le falta nada para volteárselas al primer intento. Pero Juan Cruz se aburre de las minitas. No le duran tres días las minitas. Hay quienes dicen que Juan Cruz está enamorado. Pero nadie sabe, solo lo dicen. Dicen que Juan Cruz está enamorado y no puede tenerla. Por eso se aburre de las minitas…