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Pese a sus rigurosas pesquisas, las autoridades cubanas no pudieron hallar pistas sobre los secuestradores de Hendryck Groote. Los forenses y peritos del Laboratorio de Criminalística, dictaminaron que Hendryck Groote murió por el impacto único de un objeto perforante, en la zona del bulbo raquídeo. Se estableció también que el cadáver fue mantenido varios días en estado de congelación.

Dada la fuga e inesperada desaparición del ciudadano holandés Jan van Dongen, pariente de la víctima y muy cercano a su cotidianidad, se lo supuso gestor, o por lo menos cómplice del delito. Y el caso pasó a manos de Interpol que, desde entonces, busca afanosamente a Van Dongen.

Dentro de la firma hubo algunos cambios. Víctor King, tal como él suponía, perdió una gran oportunidad, pues la familia Groote anuló el compromiso de asignarle las elevadas comisiones que él reclamara. Y Vincent Groote le informó que se había decidido prescindir de sus servicios. Sin embargo, no quedó en la calle, como él temía. Y de manera inesperada, ha rehecho su vida.

Christina, la viuda de Groote, heredera de una fortuna, reforzada ahora con los diez millones que recibiera por el seguro de vida de su marido, le quedó sumamente agradecida por su devota solidaridad y su consuelo.

En efecto, durante los días que ella pasó en Cuba, Víctor supo depararle múltiples consuelos. Tan consolada se sintió, que no pudo prescindir de Víctor y se lo llevó consigo a Amsterdam.

Actualmente conviven con desenfado y elegancia. Ya ella le ha dicho que no van a casarse, pero disfrutan la vida, comparten la misma mansión; forman una bella y desprejuiciada pareja que suele alternar con otras parejas desprejuiciadas y bellas; viajan mucho, y se dejan ver a menudo en la buena sociedad.

Para hacer rabiar a los Groote, en particular a su enconado enemigo Vincent, Christina ha obtenido autorización del gobierno cubano, para crear una compañía de prospecciones submarinas. Ella no dispone, por supuesto, de los enormes recursos de los Groote, pero sí de los suficientes para que Víctor pueda dedicarse de lleno a su pasión por los fondos marinos. Y Víctor asegura que allí encontrar muy pronto, el galeón español que lo haga célebre y solvente.

La fortuna que no consiguió mediante sus amores con el marido, espera lograrla al fin, como premio por su devoción a la viuda.