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En una puerta, un pequeño letrero indica:

CIRURGÍA MAXILO-FACIAL CONSULTAS.

De bata blanca y con una varilla en la mano, un médico apunta hacia un perfil de Van Dongen, proyectado sobre una pantalla blanca.

—Y practicando una incisión frontal a 45 grados en la parte antero superior del tabique nasal, podríamos fácilmente formarle una nariz un poco aplastada, como de boxeador…

Acciona el proyector y aparece ahora un rostro tipo Belmondo, de frente y de perfil.

—Esta nariz, por ejemplo, juega muy bien con su entrecejo y el óvalo de su cara…

Y vuelve a la imagen del perfil de Van Dongen:

—Porque si cortamos aquí, luego aquí, y eliminamos este excedente carnoso…

A medida que el médico habla, Jan van Dongen lo escucha con creciente horror en la cara. Llega a un punto en que lo interrumpe. Alza ambas manos para taparse los oídos.

—Por favor, doctor, no siga… Le pido excusas, pero me enfermo de sólo oír…

—Ese es su gran problema —interviene Carmen—: le tiene terror a la operación…

—Yo puedo asegurarle que no va a sentir el mínimo dolor, ni siquiera después de la operación.

—Tampoco es por miedo al dolor. Es la simple idea de que me serruchen el tabique nasal. De sólo pensarlo, me siento muy mal…

—Mira como suda, Chucho —dice Carmen al médico, y saca un pañuelo para secar a Jan.

—Sí sí, ya veo; y se ha puesto muy pálido… ¿Siente algún mareo?

—No, mareo no, un poco de escalofríos…

—Déjeme decirle que yo he tenido pacientes capaces de sufrir los dolores más agudos, por evitar que se les aplique una simple inyección intramuscular. Personalmente, yo rechazo operar cuando existen fobias de este tipo, porque el miedo irracional es incontrolable, y en medio de una intervención, el paciente más robusto puede hacerte un paro cardíaco.

—Si yo no le tuviera tanto terror al cuchillo, hace 25 años que me habría operado… En mi adolescencia, mi familia trató de convencerme, pero era algo superior a mí…

—Si ese es el caso —dice el médico de pie y dirigiéndose a Carmen— no perdamos tiempo. Yo te aconsejo que antes de pensar en la operación, lo lleves a un psiquiatra. Quizá con un tratamiento adecuado, quizá mediante hipnosis previa, la operación no le sea tan traumática…