Cerezas

a elizabeth

esa mujer que ahora mismito se parece a santa

teresa

en el revés de un éxtasis/hace dos o tres besos fue

mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo

izquierdo

cuando le dan de amar/

y un beso antes todavía/

pisaba el mundo corrigiendo la noche

con un pretexto cualquiera/en realidad es una

nube

a caballo de una mujer/un corazón

que avanza cuando tocan

el himno nacional y ella

rezonga como un bandoneón mojado hasta los

huesos

por la llovizna nacional/

esa mujer pide limosna en un crepúsculo de ollas

que lava con furor/con sangre/con olvido/

encenderla es como poner en la vitrola un disco

de gardel/

caen calles de fuego de su barrio irrompible

y una mujer y un hombre que caminan atados

al delantal de penas con que se pone a lavar/

igual que mi madre lavando pisos cada día/

para que el día tenga una perla en los pies/

es una perla de rocío/

mamá se levantaba con los ojos llenos de rocío/

le crecían cerezas en los ojos y cada noche los

besaba el rocío/

en la mitad de la noche me despertaba el ruido de

sus cerezas creciendo/

el olor de sus ojos me abrigaba en la pieza/

siempre le vi ramitas verdes en las manos con

que fregaba el día/

limpiaba suciedades del mundo/

lavaba el piso del sur/

volviendo a esa mujer/en sus hojas más altas se

posan

los horizontes que miré mañana/

los pajaritos que volarán ayer/

yo mismo con su nombre en mis labios/