La más mujer del mundo

sonríe como un cómplice

bajo el calor suelta sus animales bellos desnudos

indolentes

y recorren la tierra llenándola de ansias de carne

en libertad

ella prepara sus abismos

ninguno la conoce

en la mitad de la noche me despierta la oigo

cómo enciende su furor

y las crepitaciones

de rostros que ella quema lentamente

contra su voluntad