II

Alza tus brazos, ellos encierran a la noche,

desátala sobre mi sed,

tambor, tambor, mi fuego.

Que la noche nos cubra como una campana

que suene suavemente a cada golpe del amor.

Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor,

limpíame el aire:

yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda,

tú comienzas el mundo para que esto suceda.