Hackworth se despierta de un sueño; retirada del mundo de los Tamborileros; discrepancias cronológicas

Hackworth se despertó de un sueño de insoportable placer y comprendió que no era un sueño; su pene estaba dentro de otra persona, y se acercaba como una locomotora a toda velocidad hacia la eyaculación. No tenía ni idea de lo que sucedía; ¿pero no podría perdonársele por haber hecho lo incorrecto? Con un giro aquí y un golpe allá, pasó finalmente por encima del umbral del placer, y los suaves músculos del aparato en cuestión ejecutaron su algoritmo espinal.

Respiró un par de veces en el periodo refractario y se liberó, gimiendo un poco por la descarga eléctrica de la retirada, y se apoyó en un brazo para ver a quién había violado. Las débiles luces fueron suficiente para decirle lo que ya sabía: quien quiera que fuese la mujer, no era Gwen. Hackworth había violado la promesa más importante que había hecho, y ni siquiera conocía a la otra persona.

Pero sí sabía que no era la primera vez. Muy lejos de eso. Había practicado el sexo con mucha gente en los últimos años; incluso había sido sodomizado.

Estaba, por ejemplo, la mujer…

No importa, estaba el hombre que…

Era extraño, no podía pensar en ejemplos específicos. Pero sabía que era culpable. Era exactamente como despertarse de un sueño teniendo una línea de pensamiento claramente en la mente, algo en lo que estaba trabajando unos segundos antes, pero era incapaz de recordar, la consciencia separada de la cognición. Como un niño de tres años que tiene el talento de desaparecer en las multitudes en cuanto te das la espalda, los recuerdos de Hackworth habían volado al mismo sitio que las palabras en la punta de la lengua, los precedentes para el déjà vu, y los sueños de la noche anterior.

Sabía que se había metido en un buen lío con Gwen, pero que Fiona todavía lo amaba… Fiona, ahora más alta que Gwen, tan consciente de su figura aún lineal, todavía carente de las segundas derivadas que añaden sal a la vida.

¿Más alta que Gwen? ¿Cómo era eso?

Sería mejor salir de aquel lugar antes de hacer el amor con alguien que no conociese.

Ya no estaba en la cámara central, era más bien uno de los aneurismas con otras veinte personas, todas tan desnudas como él. Sabía que el túnel llevaba a la salida (¿cómo?) y fue hacia él, con algunos problemas porque parecía que estaba lleno de agujetas y calambres. No debía de haber sido sexo muy atlético; más bien al modo tántrico.

En ocasiones había hecho el amor durante días.

¿Cómo sabía eso?

Las alucinaciones habían desaparecido, lo que le parecía bien. Se arrastró por los túneles durante mucho tiempo. Si intentaba pensar adónde iba, se perdía y con el tiempo volvía al punto de partida. Sólo cuando su mente comenzó a vagar, sí llegó, en piloto automático, a una gran cámara llena de luz plateada que se inclinaba hacia arriba. Eso empezaba a parecer familiar, lo había visto cuando todavía era un hombre joven.

La siguió hacia arriba hasta llegar al final, donde algo pedregoso estaba bajo sus pies. Arriba se abrió una esclusa, y varias toneladas de fría agua de mar aterrizaron sobre su cabeza.

Llegó a tierra firme y se encontró de nuevo en el Parque Stanley, suelo gris detrás, una pared verde delante. Los helechos se movieron y apareció Secuestrador, que tenía aspecto velloso y verde. También parecía inusualmente apuesto para ser un robot. Porque tenía el sombrero de Hackworth sobre la cabeza.

Hackworth se pasó la mano por la cara y se sorprendió al encontrársela cubierta de pelo. Allí había una barba de varios meses. Pero más extraño aún, su pecho tenía mucho más pelo que antes. Algunos pelos del pecho eran grises, los únicos pelos grises que había visto salir de sus propios folículos.

Secuestrador parecía velloso y verde porque el moho crecía sobre él. El sombrero tenía un aspecto terrible y también estaba cubierto de moho. Hackworth lo cogió instintivamente y se lo puso en la cabeza. Su brazo era más grueso y peludo de lo que solía ser, un cambio no demasiado desagradable, e incluso el sombrero parecía que le apretaba un poco.