Quiero dar las gracias a mis hijas, Leyre e Irati, por aquel momento mágico que se creó hablando de este libro y que me llenó de ilusión por terminarlo.
Gracias a Concha G. Calderón, Mar Gallego y Soledad Jiménez, las tres primeras lectoras de esta novela y mis fieles seguidoras, por su interés incondicional, sus aportaciones y sus sinceras opiniones.
Gracias a Gracia Pérez por proponerme escribir una historia de amor de una mujer de cuarenta y tantos.
Gracias a Julia Téllez por todas las conversaciones que me ha regalado en nuestros años de amistad.
Gracias a Isabel López-Ayllón por confiar en Las 2 vidas de Lucía y hacer posible su edición.
Y, por último, gracias a todos los que os habéis interesado por este libro. Comentarlo con vosotros ha sido lo mejor de haberlo escrito.