¡A tu salud!
Bebe la hermosa embriaguez.
Vive un hermoso día
con lo que Amón, el dios que te ama, te ha dado.
Oh noble que amas el vino,
que por la mirra eres glorificado,
que nada te falte,
para refrescar el corazón en tu bella morada.
Toma la bebida,
para pasar un feliz día
en tu casa de eternidad,
de la mano de tu esposa Henut-Neferet.
A tu salud, tú que eres honrado,
he aquí un vestido blanco,
bálsamo para tus hombros,
guirnaldas para tu cuello,
llena la nariz de salud y alegría,
en la cabeza ponte perfumes
que vienen de Amón Ra.
Pasa un día de fiesta
en tu casa de eternidad.
¡A tu salud! Bebe hasta la embriaguez.
Da una bonita fiesta.
Que tu vida sea hermosa,
día tras día, con vida y salud,
hasta que alcances la Ciudad de la eternidad,
de modo que nadie olvide tu nombre,
cuando tu familia te salude
diciendo: «Oh, sé bienvenido»,
y tus allegados te tomen entre sus brazos.