Oh tú que vendrás más tarde, todo hombre que sepa leer,
que lea, os lo ruego, las inscripciones de esta tumba,
a fin de que yo os lleve al camino de la vida
y os dicte vuestra conducta.
Si os atenéis a lo que digo,
le encontraréis utilidad,
y me lo agradeceréis.
Bebed y embriagaos,
no dejéis de festejar un hermoso día.
Obedeced a vuestro corazón, durante el instante que permanecéis en la tierra.
Un hombre desaparece, y sus bienes con él.
De él depende que se colmen sus deseos mientras aún es tiempo.
El sol no pertenece solo al rico.
Un enviado de la muerte no se ve recompensado
por haber negligido lo que le es ofrecido.
Quien en su vida es feliz, como quien es miserable,
pronto la abandona, como se sale de un sueño.
No se conoce el día en que llega.
Es obra de Dios hacer que los hombres olviden.