Al pasar frente a su casa,
encontré el portar abierto.
Junto a su madre mi amado estaba.
Hermanos y hermanas le rodeaban.
El corazón de cuantos pasan por el camino
se llena de amor hacia él,
joven perfecto y sin par,
mi amado de raras virtudes.
Al pasar yo, posó su mirada en mí.
Y fui feliz,
grande la dicha, grande el contento,
amado mío, al verte un momento.
¡Ah, si su madre viera mi corazón,
si éste pudiera alcanzar su razón!
Oh, Dorada, pon esto en su corazón.
Entonces correré hacia mi amado.
Le besaré ante los suyos,
no tendré vergüenza ante los hombres,
sino que su envidia me alegrará,
mientras tú me reconozcas.
Le ofrezco una fiesta a mi diosa.
Mi corazón al latir salir quiere del pecho
que permita que ve a mi amante esta noche,
ella que es toda belleza, cuando se la ve pasar.