El comentario de Calvin Geddes acerca de «un mundo feliz» es, cómo no, una referencia al título de la novela futurista que Aldous Huxley publicó en 1932 en torno a la pérdida de la identidad individual en una sociedad presuntamente utópica. El libro sigue siendo tan inquietante como entonces, al igual que 1984 de George Orwell.
A los lectores que deseen ahondar en el tema de la privacidad tal vez les interese echar un vistazo a las páginas web de las siguientes asociaciones: Electronic Privacy Information Center (www.epic.org); Global Internet Liberty Campaign (www.gilc.org); In Defense of Freedom (www.indefenseoffreedom.org); Internet Free Expression Alliance (www.ifea.net); The Privacy Coalition (www.privacycoalition.org); Privacy.org (www.privacy.org); y Electronic Frontier Foundation (www.eff.org).
Creo que también disfrutarán del excelente libro del que he tomado prestadas varias de las citas que encabezan las diversas partes de la novela, No place to hide, de Robert O’Harrow, Jr., una obra que sin duda les causará también cierto desasosiego.
A quienes quieran saber más acerca de cómo se conocieron Amelia Sachs y Pam Willoughby quizá les apetezca leer El coleccionista de huesos y la siguiente novela de la serie, Luna fría. Esta última narra asimismo el primer encuentro de Lincoln Rhyme con el asesino al que la inspectora Longhurst y él intentan atrapar en esta novela.
Ah, y no olviden vigilar su identidad. Si no lo hacen ustedes, hay mucha gente por ahí dispuesta a hacerlo.