OCTAVA PARTE

LA SINTONÍA IN SILICO

L

os memes se pueden propagar entre ordenadores tan fácilmente como entre los cerebros orgánicos de los Naturales. El virus informático fue la primera forma y la más primitiva. Luego siguieron manifestaciones superiores.

Los memes evolucionaron mucho más rápidamente que los genes. Los cerebros son más fáciles de infectar que el ADN.

Las constelaciones organizadas de información en los ordenadores se denominaron kenes, de ken, un verbo inglés que significaba «saber». Los ordenadores son más rápidos que los cerebros. No necesariamente mejores ni más sabios, pero más rápidos. Y la velocidad era el meollo de la cuestión. Los kenes evolucionaron más velozmente que los memes. Pronto aprendieron a abandonar el sustrato de silicio. Los datos ordenados se propagaron copiándose más allá de su origen in silico. En vez de materia, buscaban campos: el eléctrico, el magnético, el gravitatorio. Surgieron desafíos colosales, y salieron airosos de ellos. Nuevos estilos de pensamiento hallaron expresión, florecieron, murieron. Libres del aplastante abrazo de la materia, filigranas de pensamiento ejecutaron intrincadas danzas, siendo las ideas simplemente el mero sustrato de abstracciones de orden aún más elevado. Hasta el cielo puede perder su atractivo. Con el tiempo, algunos kenes se interesaron por el crudo roce de los mundos que habían dejado atrás. Decidieron actuar también allí.

Esta intervención en la tormenta de masa y movimiento precipitó la unión de inteligencias magnéticas, formas mecánicas y Naturales cuyo producto son los actuales Supremos.