Confidencias epistolares de Liscano a J. Ure, sobre sus 80 años
[Caracas, Venezuela, 4 de Mayo de 1995]
Querido Jiménez Ure.
Ayer llegó Aleph[54] y el libro de Luis Benítez hoy[55]. Tus cuentos cuya bella carátula me llamó la atención[56]. Agradezco la nota y la foto respecto a mis 80 años. La revista me pareció haber mejorado 100% en presentación. Leeré todo este obsequio espléndido en estos días. Estoy, por el momento, hundido en un ensayo al cual doy gran importancia, pero que dista mucho de haber terminado. Ni siquiera empezado. Me estoy documentando. Disfrutando en mis ochenta años he perdido mucho interés por cosas que antes me importaban.
En cambio otras cosas han pasado a ocupar posición predominante. Empiezo a comprender que la visión más completa de la condición humana la tuvo Manés[57], creador del maniqueísmo. El Hombre es un compuesto del Mal y del Bien[58], en lucha desigual. El Mal dispone de mayores recursos para dominar al mundo. Pero hay impulsos y fuerzas del espíritu, como el amor, que por más limitados que sean cuantitativamente alcanzan cuando se manifiestan en la verdad del sí mismo, el poder de una bomba atómica y envenenan al Mal, por mucho tiempo.
Hay la búsqueda de Dios o lo que es más importante, la necesidad de él. El Bien es minoritario pero indestructible en esta batalla que empezó antes de la aparición del Hombre, y que continuará después de su extinción. El espíritu es lo único que el Hombre puede oponer a la agresión continua del Mal. Pero en el Cosmos la batalla es menos dudosa que aquí, en la Tierra.
El tema da para pensar y morir tranquilo. Recibe un abrazo y mis felicitaciones junto con Fernando Báez[59] y Carlos Danéz[60].
P. D. No creo que publicaré el poema del cual desgloso para Aleph lo adjunto. Tengo luchando con este poema 4 meses y lo he reescrito 6 veces. Pero no logro expresar lo que siento y pienso. Será una curiosidad inédita[61].