VII

Carta alrededor de los libros Luxfero y Cuentos Abominables

[Caracas, 7 de Abril de 1991]

Querido Jiménez Ure.

Me complace que le haya gustado el comentario sobre Luxfero[43]. Los cuentos también son muy representativos de su inspiración y destaco El ano dentado[44], porque es de un humor-negro-sexual fuera de lo corriente. Hay varios de primer orden, como ese del perro-amo fornicador[45] por interposición del animal. En fin, usted sabe que la industria editorial constituye, hoy por hoy, la más formidable muralla contra el genio literario original. Sólo se aceptan genios literarios prefabricados según la demanda del mercado, obra a su vez de crear siniestros gemelos que son la TV y la publicidad; más que gemelos, hermanos siameses al servicio del consumo y de lo establecido como demanda.

Usted, como yo, somos inteligencias literarias outsider. De lo que me honro. Si en vez de haber hablado de las Grandes Madres, de los Gnósticos, de Isis, de la tentación de San Antonio, de la sexualidad real de los indios que no saben del buen salvaje, de los cyborgs y robots, que suplantarán a los humanos, y de la resurrección de la carne como integridad del origen en mi libro Mitos de Oriente y Occidente [un título estúpido escogido en función del mercado, lo cual era infeliz por las razones a continuación] hubiera más bien contado con lupa la sexualidad de Madonna, Jackson, Prince[46] y CAP o Lusinchi[47], mi libro sería un éxito.

Yo también tengo un conflicto entre la capacidad humana de pensar en el Más Allá y la de caer más abajo del animal. Creo que se trata de una guerra a muerte sin posibilidad de paz. Apenas algunos armisticios traicionados por las partes.

Siempre estaré en capacidad de leer lo suyo. Se trata de un mundo narrativo demasiado a contracorriente[48] de la abundosa narrativa del consumo masivo, desde Eco[49] hasta Isabel Allende[50].

Los errores en el Prisma[51] sobre Luxfero motivaron mi renuncia a la columna, pero la buena de María Beatriz Medina me pidió no dejarla en la estacada y, condicionado a una corrección cuidadosa, volví a escribir Prisma.

Recibe un abrazo y hasta un día que veo cercano en Mérida o Caracas, cuando, cumplido el ciclo de las 4 estaciones, vuelva la Humanidad a los tiempos de esclarecimientos, lo escrito por gente como tu será tomado en cuenta como retrato fantaseado de una estación de vacío, tinieblas, desorden, aberración, idolatría del dinero y reversión de valores. Dios no tiene la culpa como tampoco tiene que ver directamente con la Creación.

El judeocristianismo con su Dios Personal, iracundo y entrometido en la vida de los humanos, preparó la protesta: el pacto con el Diablo. Cuando podamos pensar en algo divino que no tenga que ver con nosotros, el mundo, el Bien y el Mal, estaremos en disposición de aprender algo sobre el Universo y sus energías. Abrazo de nuevo,

JUAN LISCANO.

[Con la firma ilegible].