En el caserón oscuro del alma, deslucido y maltrecho,
entra luz nueva por las rendijas que el tiempo ha hecho;
ya cerca de la morada donde pasarán la eternidad,
los hombres se vuelven sabios, fortalecidos en la debilidad.
Y al marcharse, ambos mundos ven a la vez…
«De los últimos versos del libro»
EDMUND WALLER