Otra caja, más pequeña, en el interior de la azul. De un cristal tan transparente que pensarías que no existe. Debes soplar para abrirla. Así… Su tapa se desmenuza. Un suave vaho, un invierno en maqueta, diminutamente gélido, se alza desde dentro.
Mira lo que hay ahí, bajo la neblina blanca.