La verdad, que hay más que eso:
que existen clavos que se te clavan
en lo oscuro y destrozan
lo que era sentirse claro,
y las horas golpeando duramente
a eso que llamabas Paz contestando
a la voz que te preguntaba Quién?[165]
y te lo sigue preguntando todavía
y no puedes contestarlo porque a estas alturas
no lo sabes, ni lo sabrás nunca.
O acaso en lo oscuro te dirá su secreto.
Mientras tanto, tratas de no replicar
a preguntas sin respuesta.