Lo que cabe de vida en una mano
que aprieta la tuya y te lleva.
Nadie sabe lo que de pronto se te viene
cuando resucita el pálpito.
Aquella mañana, andando por dentro,
preciosas las prímulas, andaba por dentro
de la mano, no iba solo y nadie
podía apercibirse, cuando estalló
la primavera. No me dejes. Tengo
el corazón a medio romper.