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INDUDABLEMENTE el verso,

allá en las hondas cavernas,

disparatado viene con iluminaciones

que hacen temblar las hondas

cavernas del sentido, por supuesto

lleno de incoherencias,

de locuras semejantes a infausta Grecia,

la escritura, un camino que no lleva

a parte alguna, sino al[160] gusto

de que a letra siga letra,

palabra a palabra,

para lo mismo y eso

de lo otro y lo mismo

en que esta sangre se entretiene

latiendo, como si fuera algo

esta escritura, y su decir para nadie, para nada.