Déjate ya de abriles y de rosas,
y vamos a lo nuestro, tú que sabes
que lo nuestro es lo nuestro
sin que deje de serlo por mucho
que cambiemos de piel y de sonrisa;
ya sabes, quien tú sabes,
que todo es uno y lo mismo,
y lo demás, y los demases.
Y siempre Ése.