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De puntillas ha entrado en mi alma

sin sentirlo, ni si el alma tiene puertas,

aunque he sentido pasos, y calor,

y ese silencio que sucede.

No hay silencio como el de la soledad,

que no es tan fácil como se dice

eso de estar solo (pero eso es otra cosa,

siempre todo es otra cosa). Pero vuelvo

a la soledad que tan bien se lleva,

con ese silencio que se hace

en la soledad, y desvanece las compañías

que no son soledad, y nos hace

andar por dentro, sintiendo las resonancias

del silencio en la soledad, las olas

de la soledad en el silencio.