No dejes que me pierda, Señor, que soy
este que todo lo va perdiendo, pero esto
que tú tan bien conoces, la tua volontate
é riostra pace[144], no me dejes perderla porque muero.
Algo que antes con llamar hallaba.
Con tocar la campanilla y pronunciar
la palabra que era bastante para entrar.
Estaba allí siempre y a la espera.
Hoy es otra de las cosas que no encuentro.
Se quedó para siempre en la casa
cuya llave perdí. O era sólo palabra
y la llave está dentro?
Y sin ella no vivo, más bien muero.
O era la tua volontate palabra sólo?