I

Señor que me has perdido las gafas,

por qué no me las encuentras?[135]

Me paso la vida buscándomelas

y tú siempre perdiéndomelas.

Me has traído al mundo para esto,

para pasarme la vida buscando unas gafas

que están siempre perdiéndoseme?

Para que aparezca este tonto

que está siempre perdiendo sus gafas,

porque tú eres, Señor, el que me las pierde[136]

y me haces ir por la vida a trompicones,

y nos das unos ojos y nos pierdes las gafas,

y así vamos por el mundo con unas gafas

que nos pierdes y unos ojos que nos das,

dando trompicones, buscando unas gafas

que nos pierdes y unos ojos que no nos sirven.

Y no vemos, Señor, no vemos,

no vemos, Señor.