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LA ESPERA

El cuarto con la ventana en flor.

Encaramados

a su soledad, con anchos caminos

donde escapar, nos invitaba

y las dejábamos en busca

de tanta pretendida

ilusión. ¡Había tantas

ventanas, puertas, avenidas…!

Camino todo era, y los pies ansias

dispuestas, incansables. ¿Por qué vuelven

ahora continuamente a suscitarse

aquellas ocasiones? Déjame tranquilo

rumiar mi soledad sin avenidas.

Deja que el agua sin más su son repita.

Nada quiero. Dejar los ojos a cuanto

quiera entregárseles. No ir a las cosas;

dejarlas penetrar hasta lo hondo,

estarse quietas en lo hondo. Esperar.

Cada hora lo suyo. Esperar es misterio,

y el misterio uncido va a la espera.

Siempre está algo por venir.

No la esperanza, cosa de otros dioses.

La espera, que es vivir mientras se muere.