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OLOR A JAZMINES

He entrado en la casa deshabitada de todo

salvo de un olor a jazmines

que la llenaba. Me he quedado

como vestido de su olor, como penetrado

de ese mundo, fuera de mí, parte de él,

con tantas sombras que participan de este olor,

aire hoy sólo animado por el aroma de los jazmines,

a quien setiembre saca su blanco más profundo,

como a una vieja arpa su mejor sonido

una mano antigua, o a unos huesos cansados

su quejido, el amor.

Errabundo por la vieja casa me he perdido

buscándome a mí mismo

a ver si por fin me encuentro. El errabundo

olor de los jazmines me persigue.