SOBRE el polvo,
sobre esta angustia me deshago,
sobre este tener que usar los nombres,
sobre este gran temor de usar los nombres.
Sobre este polvo
que sabe a ti, que tú saboreaste,
este repetimiento de congojas,
este aire continuo de congojas,
este camino de congoja y polvo.
Sobre este polvo,
Señor, que respiraste, que respiro.
Igual que la tormenta
en la sierra lejana, que la piara
galopando aterrada en la llanura,
igual que por la noche el temblor de que vengas.
Sobre este polvo
se abre enorme la angustia,
me retuerce la angustia.
Me deshago.