El agua aquella, alhaja, mi Alhajuela[93],

y huerto (el agua corre) de granados,

y sierra (el agua loca) de ganados,

en donde mi nostalgia se consuela,

de tu memoria (¡oh agua!) centinela.

Pobre tierra la tuya. Los arados

la rompen pobremente. Los sembrados

crecen estérilmente. Pero vuela

a ti mi corazón. ¡Oh distraídas

resistencias del tiempo contra el vuelo

del corazón, derecho a sus moradas

como un toro de muerte a sus heridas,

el olor y la sombra, el agua, el suelo

del huerto, con su sombra y sus pisadas!