Cuando te fuiste me quedé diciendo:
sin Rosa ya lo mismo da la vida,
y me volví a la casa. Con tu ida
la casa no encontraba, pero oliendo
estabas todavía. Y yo sintiendo
que estabas y no estabas, la perdida
presencia acaricié. Oh la medida
de la nada tu ausencia, mas creciendo.
Porque sin ti ya nada vale, todo
se queda en esperar, en aire, en pena,
en cantar para nadie, en aire, en nada.
Déjame en mi desdicha y a mi modo,
que ya no puedo más. Me siento ajena
el alma y sola. Nadie en la morada.