XVIII

Rosa, entre todas, nunca ausente, dije.

Si me duermo, te abres. Por lo hondo

de lo oscuro me llevas, por la noche

camino de tu olor. ¿De dónde vienes?

Cuando te tengo al cabo, cuando grito,

es el fin de la Rosa, rompe el grito

el sueño y tan tranquila en tu florero

estás oliendo clara y al alcance.