XV

Rosa por el jardín, por los paseos.

Rosa, me suenas dentro si te llamo

y vas por los paseos. No contestas.

Me contesta la Rosa que pasea

por dentro sin cesar. José, me dice.

La Rosa alegre del paseo se calla,

la Rosa dulce del jardín se muere,

la tierna Rosa del florero canta

su morir con aroma. Los sillones

del salón blandamente agradecidos:

¡Ay, Rosa, no te vayas! Y ella dice

adiós, con un perfume que se queda

errando largamente por la noche.