XII

Rosa, mi corazón, mi latifundio[74],

mi campo de amapolas, mi arroyuelo,

mi torreón de mirlos, mi rodo,

mi noche de verano, mi proyecto

al fresco de la tarde, mi ola, ¡salta,

salta a mis brazos! Deja que revuelva

un poco tu cabello, mientras pienso

en la colmena oscura, con las mieles

ya colmadas de agosto, y el murmullo

de las abejas. Corazón, mi Rosa,

te adoro simplemente. ¿Te lo he dicho?