Con un pie en el estribo siempre Rosa.
No sé esta tarde, si quizá mañana.
Todo depende, acaso, no sabemos.
Todo depende de los vientos. Nunca
se está seguro. Siempre puede, cuando
menos se espera, presentarse. Dice:
¿No tienes, Rosa, el equipaje listo?
Esto se va ya mismo. Nada espera.
Siempre se queda atrás la mayor parte.
Y yo tengo una pena. Me la callo.
Corazón que me aguarde, será el mío.