Olivos de mis gentes, yo quisiera[62]

como vosotros ser. Al fin no llevo

la misma sangre de la tierra. Pruebo

como vosotros sed y primavera.

¿No vivimos los dos en esta espera

de la tierra, la madre y este cebo

de la escasa caricia y el relevo

final, la misma tierra verdadera?

Con tu raíz me fundo, en la esperanza

de volver a la tierra y al molino

la trama florecida, el fruto incierto,

olivo de mi sangre y mi labranza,

amarrado al secano y a tu sino

de jugártelo todo a cielo abierto.