I

A María Pepa Estrada,

amiga desde que era niño

Yendo ribera del río[56]

le sentí decir al agua:

Lo tuyo como lo mío.

No te pares a pensar

si la mar o si la fuente,

si la fuente o si la mar.

Palabras que son puñales:

Dios te libre, corazón,

de herida que no te sangre.

Pena es la pena y la vida,

penas que van y que vienen,

olas en playas perdidas.

Lo más malo de este mundo

es echarse a andar por dentro

y no encontrarse con uno.

La pena y lo que no es pena

es lo que tengo y no tengo

cuando te vas de mi vera.

Cuando te vas de mi vera

no me quedo otra vez solo,

que me quedo con mi pena.

Aquella forma de andar

tan pasito y tan ligero

no paro de recordar.

Aquella que yo quería

toda la tarde esperando

ninguna tarde venía.

Aquella que yo esperaba,

toda la tarde esperando

con un nudo en la garganta.

Toda la noche en lo oscuro

sintiendo en la calle pasos

y no era ninguno el suyo.