XIII

¿No nos llenas

tú las manos? De estos sueños,

¿no rebosan tus colmenas?

¡Oh tremenda

garra, dedo, delicada,

dura, amarga, dulce almendra!

¿A quién

ofreceré la amargura

—labio seco, mano dura—,

sin el bien

del beso, o de la palabra

que la abra?