IX

Tu dedo temblando al filo

de la hoja.

Vilo de todo. Tu paso.

¿Esa nube,

o acaso el humo? ¿No sube

la alameda?

Temblor del terrón dormido

despertando con ternura.

Yo me quedo

niño, roca de hermosura,

de amor, de terror, de miedo.

Brizna de hierba en la boca

de la bestia. ¡Oh, preñada

de simientes! Quien la espera

nada espera, nada… ¿Nada

ser ribera?