¡Qué poblada la casa![52]

¿Quién llenaba sus cuartos,

quién colmaba su aire,

con amigos de siempre,

con olores de siempre?

Era una hermosa nave

soplada por memorias

de siempre. Crujían

sus muros con el peso

de pasos de recuerdos.

Se encendían dulcemente

las primaveras. Iba

bogando por el tiempo,

mares de la hermosura,

a este mismo recuerdo.

Pasajeros, nosotros.